—Eres lesbiana.

—No, en serio ya me cansé de explicar, no lo soy.

—Pero te atraen las mujeres.

—No, tampoco.

—Pero en tu test de convivencia y de género sale que eres lesbiana, te gustan las mujeres, o te identificas como bisexual, o pansexual, pero tienes una tendencia a un género diverso.

—Sé que quiere ayudarme, pero no puedo decir lo que no soy, sí, me gusta vestirme algo más varonil, pero es por comodidad, y comprendo que mis actitudes no sean completamente femeninas, pero es porque no me halló siendo así, muy delicada, pero me gustan cosas muy concretas de ser mujer, creo que las suficientes como para decir que soy una mujer.

—Claro que eres una mujer, una mujer lesbiana.

—¡No! Por favor ya no sigan con esto, sé que para ustedes el definirme es necesario para que me entreguen el documento de ciudadanía, pero no puedo decir algo que no soy, si bien no me atraen los hombres, no es que no me gusten, solo no he encontrado alguno que realmente me agrade, pero en general me agradan.

—¿Te excitas cuando los ves?

—No necesariamente, cuando hay un chico que me agrada pues sí fantaseo algo, pero eso no define qué soy, ¿Porqué tratan de meterme en un género que no me identifica?, soy heterosexual.

—Eso ya no existe.

—Pero, cómo es posible, si es una de las opciones de la cartilla de inscripción a la ciudadanía, ya a los ocho años cuando tuve que firmar el consentimiento de relaciones sexuales expliqué que era heterosexual pero que no practicaría coito, luego a los 15 cuando me metieron a los talleres de asignación de género, expliqué que solo probaría la masturbación no el coito consentido para definir mi género, pensé que eso es parte de la libertad de elección, ahora que elijo lo que siempre fui, me salen con que soy lesbiana.

—Lo que pasa es que está confundida.

—No no lo estoy.

—¡Sí, si lo estas! No es posible que a los 21 años sigas “virgen”, que no tengas raíz ni árbol sexual, no es posible, no entiendes, estás confundida y lo único que lo explica es que aún tienes miedo de salir del clóset por el machismo aún imperante, por eso estamos ayudándote a identificarte.

—Pero no soy lesbiana, ni trans, ni bi, ni nada de eso, póngale ya, soy monosexual y asexual al final.

—Lo siento amiga, tienes que definirlo mediante una prueba, sabemos que para ustedes ummmmh las que no se definen es difícil, pero tienes que traer una prueba de que te gustan los hombres, acuéstate con alguno y defínete.

—¡No! No haré eso, yo solo quiero que me dejen ser como soy, sé que es difícil entenderme pero soy así, no le hago daño a nadie.

—Efectivamente no le haces daño a nadie, pero para la estructura que estamos cambiando, eliminando cualquier rasgo de la visión machista en el mundo, no podemos dejar sin concluir o buscarle un proceso a una persona que no define su género. Los monosexuales son cosas del pasado, médicamente las personas tienes hasta 3 géneros, tienes que tener uno para definir que andarás en la sociedad sin intenciones de discriminar a los otros 35 géneros y sus respectivas tendencias. Disculpa pero si sales sin alguna definición correcta te convertirás en un peligro para los otros.

—Pero, ¿Qué es lo correcto?

—Lo que evite que discrimines a los demás.

—Aún cuando eso signifique que me anulen como persona, que me descarten como ser humano solo porque ustedes quieren que todos sean como ustedes.

—No, al contrario lo que no queremos es que nadie sea como nadie, queremos que todos sean únicos, bellos, libres y hermosos, sin fallas, sin dificultades para expresarse. Tú no entras en esa categoría porque aún no te descubres como lesbiana.

—¡¡QUE NO SOY LESBIANA!!